Hemos
leído, hablado y escrito mucho en esta asignatura acerca de la importancia de tener
presencia, una presencia adecuada en la
Red para, entre otros, encontrar un empleo adecuado y acorde con
nuestra formación, experiencia, etc.
Las
Redes sociales, los blog, los portales de empleo son excelentes plataformas para
mostrar lo mejor de nosotros mismos, son excelentes herramientas para difundir
y recibir información de forma inmediata. Ahora ya somos muy conscientes de sus
ventajas pero igualmente debemos conocer sus desventajas, su peligrosidad y sus
debilidades. El problema real no son estos aspectos negativos en sí mismos sino
su desconocimiento.
Si los beneficios de Internet
son evidentes no lo son menos los problemas que a muchas personas está
acarreando por la falta de conocimientos, de atención, a la hora de interactuar
a través de este “nuevo” canal.
La exposición de la
vida privada en las redes sociales y sus consecuencias personales y laborales vuelve
a poner de actualidad el debate sobre la colisión entre el derecho a la intimidad
y la libertad de expresión e información en un nuevo
entorno desconocido para la mayoria de nosotros. Las autoridades de protección
de datos redefinen sus competencias y objetivos ante un medio abierto, que deja
un rastro imborrable y además genera negocio.
Subimos fotos a nuestros
perfiles en las redes sociales y luego, arrepentidos, las quitamos, creyendo
que así han desaparecido, pero los buscadores que se dedican a registrar todo
lo que aparece en Internet ya las han copiado, pudiendo así ser recuperables.
Entramos en la red pensando que nadie nos ve, pero nuestra navegación deja un
rastro imborrable, como pudo comprobar el internauta que acosó a la
presentadora Eva Hache a través de su cuenta de Twitter: el perfil falso bajo el que se creía camuflado no le sirvió de nada.
Nuestro historial
digital ya cuenta más acerca de nosotros que nuestra propia memoria. En el
80% de los procesos de divorcio que se tramitan en Estados Unidos se usa
información obtenida de redes sociales y chats privados, infalibles delatores
de infidelidades. El estudiante austriaco Max Schrems solicitó recientemente a Facebook todos los datos que tenían
sobre él y la compañía le envió un CD con 1.200 páginas donde no solo aparecía
lo que él mostraba en su perfil, sino también sus conversaciones privadas,
notas que había eliminado, referencias sobre sus gustos, sus intereses y hasta
sus opiniones religiosas.
¿Los archivos que borro de mi ordenador desaparecen?
La inmensa mayoría de
usuarios de soportes digitales -ordenadores, tabletas, cámaras de fotos, smartphones- creemos que acudir al icono de
la papelera es garantía suficiente para deshacernos de un archivo. Sin
embargo, cuando enviamos un documento a la papelera y luego la vaciamos, lo
único que hacemos es ocultar el indicador que identifica ese archivo en la
memoria del ordenador, no borrar su contenido, que permanece en el disco duro,
de donde es fácilmente recuperable.
Todo lo que eliminamos
en nuestros ordenadores mediante los habituales sistemas de borrado queda
registrado y no desaparece, ya se trate de textos, fotos, vídeos, e-mails,
conversaciones de chat o el historial de navegación en internet. En la
práctica, un documento grabado en un soporte digital nunca se borra. La única manera de
eliminarlo es escribiendo otro archivo encima, pero esto es más complicado, ya
que nada garantiza que el nuevo documento se haya situado en el mismo lugar del
disco duro donde estaba aquel que queríamos fulminar. Hay programas dedicados a
sobrescribir archivos concretos, para garantizar un borrado más eficaz, pero
incluso este software a veces deja intactos algunos fragmentos del documento
que deseábamos hacer desaparecer.
"No hay ningún
sistema que garantice al cien por cien la eliminación de un archivo en un
soporte digital", aseguran
Daniel Creus y Mikel Gastesi, expertos en seguridad informática y autores del
libro "Fraude Online: abierto 24 horas".
Ni siquiera sobrescribiendo varias veces un documento encima del que queremos
borrar es seguro que no quede algún dato antiguo que pueda ser recuperado.
El anonimato no existe.
Los periódicos están
recibiendo quejas de individuos que al teclear su nombre en Google descubren
que aparecen citados en una noticia de hace tiempo que no era completamente
cierta y no se siguió o corrigió. Bárbara Navarro, directora de Relaciones
Institucionales de Google, explica que si se quiere que algo desaparezca en el
buscador, se debe acudir al webmaster, Google elimina el caché o rastro
antiguo.
Sin embargo, opiniones de expertos
nos demuestran cuan complejo es hacer desaparecer algún dato ya recogido por Google.
"Es más fácil
ocultar una infidelidad a tu pareja que a Google, que no tarda en ponernos
anuncios de escapadas de fin de semana cuando nos lee mensajes románticos", denuncia Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, autor
de "Desnudando a Google", un
libro que revela hasta qué punto este gigante de internet tiene fichados a sus millones de clientes. "Cada
vez que usamos Chrome, Youtube, Gmail o el buscador, Google toma nota de
nuestros gustos, horarios, localización geográfica e intereses personales. Esta
empresa ofrece servicios buenísimos, pero no son gratis, como creemos
ingenuamente. Pagamos con nuestra privacidad", concluye este analista.
¿Y si me arrepiento de haber subido una foto a Facebook?
De visitantes pasivos
de Web, los usuarios hemos pasado en pocos años a ser suministradores de
contenidos, sobre todo relacionados con nuestras vidas. Abiertamente y sin
pudor alguno publicamos todo tipo de datos, opiniones y fotos en las redes
sociales, sin reparar en los riesgos que esto entraña. Con cierta maldad ¿por
tratarse de la competencia?, pero sin exagerar, el presidente de Google, Erich
Schmidt, alerta que los jóvenes están exhibiendo tantos detalles de sus vidas
en Facebook que "al cabo de unos años muchos desearán cambiar de
nombre".
Esta reflexión lleva
implícita otra aún más grave: si quieres eliminar tu pasado en internet,
será mejor que confíes en cambiar de identidad, porque borrarlo es
imposible. Los gestores de las principales redes sociales no se cansan de
repetir que el usuario es libre de marcar la privacidad que desea tener y que
puede eliminar los datos personales que quiera. Ocultan una letra pequeña de
internet: en la misma red donde flota mi muro de Facebook, navegan también las
páginas que se dedican a copiar y almacenar todo lo que se publica, desde
Google a sitios como Archive.org, que tiene registrada la memoria de la red al
completo.
Esto significa que si
tu página de Facebook ha sido captada por uno de estos buscadores mientras
estuvo colgada esa foto que te has arrepentido de publicar, ya es tarde:
la dichosa foto ha quedado capturada para siempre en internet. Que se lo digan
a Lucía Etxebarria: la escritora subió recientemente una foto semidesnuda a su perfilde Facebook y tardó unos minutos en advertir el error. Cuando quiso
eliminarla, la instantánea se había difundido ya por toda la red.
¿Puedo desaparecer de Internet?
Testigo de este
fenómeno son las empresas que han surgido en los últimos meses para gestionar
la demanda de los usuarios que desean que sus datos dejen de estar colgados
permanentemente de forma online. Una de estas, Salirdeinternet, en poco tiempo ha acumulado una importante cartera de clientes, así
como algunos sonados éxitos.
Este equipo de abogados
logró obligar a Microsoft a eliminar de su buscador, Bing, los
datos de un directivo que había sido absuelto por una trama de corrupción, a
pesar de lo cual seguía apareciendo como imputado en 100 páginas indexadas por
este buscador. También han conseguido hacer desaparecer de Google algunos datos
de otros clientes. "¿Tiene sentido que personas indultadas sigan
viendo, después de 20 años, sus publicaciones en los buscadores y en los medios
que los publicaron?", se pregunta Miguel Cobacho, responsable de
Salirdeinternet. ¿Las solicitudes de retirada de información atentan contra la libertad de expresión e información?. La batalla ha empezado.
Queda para siempre
En opinión de Álvaro Ibáñez, socio del
blog de tecnología Microsiervos,
vamos hacia un cambio de paradigma en relación con la privacidad, en el que
este concepto será cada vez menos importante para la población. "La
gente aún no es consciente, pero va camino de serlo, de que todo lo que
publicamos en la red es público, y queda para siempre", dice este
experto.
Al leer esto y haber escuchado ya tanto en clase, charlas y otros medios de información, da miedo pararte a pensar todo lo que circula por la red sobre uno mismo sin saber quien puede estar leyendo o saber sobre ti. Porque lo que más asusta además de no poder controlar tus datos, es pensar en todas aquellas personas que pueden saber de ti sin haberte visto nunca.
ResponderEliminarAdemás, creo que la privacidad es una parte fundamental de la vida de una persona de la que todo el mundo debería disfrutar, pero actualmente, la palabra privacidad empieza a perder significado. Antes, podías diferenciar entre lo que querías reflejar y dejar ver y aquello que querías dejar en el anonimato. Ahora, con las nuevas tecnologías, medios de comunicación y aparatos electrónicos, no nos damos cuenta que en muchas ocasiones, aquello que creemos tener guardado de forma segura es lo más susceptible a salir a la luz. La mayoría de las personas cuentan con un ordenador, móvil o tablet conectado a Internet, que utilizamos de forma continua, para trabajar, las clases, comunicarse y para la vida personal, y lo hemos adquirido como un seguro de nosotros mismos y de lo que nos define, sin darnos cuenta que estamos dejando ver todo sobre nosotros, desde creencias, gustos, conversaciones, vivencias, curiosidades, etc. Muchos somos los que seguimos viviendo en la ignorancia y no sabemos de la misa la mitad. Esto asusta.
Lo suyo es que lo que quieras que sea privado no pise la Web por nada del mundo... Internet no tiene límites, y lo más seguro es desconfiar del anonimato, de la privacidad, pero sin llegar a amargarte la vida. ¡Asusta, estoy contigo, Anay!
EliminarMe parece una de las entradas más interesantes. Es verdad que ya se ha hablado mucho sobre que la privacidad en Internet de las personas es casi nula. Lo que creíamos en un principio al restringir nuestras redes sociales a ser sólo visibles a nuestros amigos no ha quedado en nada más que en eso, en una creencia. De todo lo que se ha hablado, también es verdad que la gente empieza a ser más reacia a contar su vida privada por esta plataforma, pero siempre quedarán huellas de cuándo aún nos sentíamos ignorantes en este aspecto. Sólo espero que todas las grandes compañías como Google tomen nota de la poca ética que tienen respecto a nuestras vidas, las cuales usan como motores de búsqueda con fines meramente comerciales. Una vergüenza sí, pero hasta que eso acabe -que seguramente no será nunca- toca ser conscientes de cada letra que escribimos por aquí.
ResponderEliminarPor desgracia hoy en día, es difícil controlar tu presencia en la red, ya que, aunque tu no quieras, o intentes llevar cuidado de no subir o publicar nada que no te interese de tu vida privada, siempre puede darse el caso de que alguien suba la típica foto de la fiesta de anoche.
ResponderEliminarAnte eso es complicado luchar, y creo que la inmensa mayoría de alumnos matriculados en esta asignatura saben de que hablo. Ya no solo cuenta que tu mismo subas o compartas una foto, sino que cualquier contacto tuyo puede hacerlo y poner tu nombre, por lo que el control de la situación es complicado.
La solución, ¿no estar en redes sociales? NO! La solución estoy seguro que no pasa por ese camino. La cuestión es ver por qué camino pasa...
Yo creo que poca gente hace el ejercicio de mesura, contención y responsabilidad que se requiere para manejar un perfil personal en una red social, especialmente Facebook y Tuenti. Tendemos a pensar que solo nos ven unos pocos -que previamente hemos autorizado- pero la realidad es muy distinta : La huella queda, imborrable, en ese universo paralelo que es internet. En el artículo ha faltado mencionar el caso de los menores de edad, que es más grave de lo que pensamos : La irresponsabilidad se multiplica cuando se trata de un adolescente (y todos conocemos casos de menores de edad posando de manera provocativa en sus perfiles, bebiendo alcohol o jactándose de alguna gamberrada) lo cual convierte la huella digital en un pesado lastre que habrán de arrastrar en su futuro.
ResponderEliminarExcelente este post porque creo que a todo internauta le interesa saber qué ocurre con su información privada y con todo aquello que lanza en la red.
ResponderEliminarSinceramente, era consciente de que los documentos y los datos de un ordenador siempre quedan guardados en el disco duro, pese a que se hayan eliminado previamente. Pero desconocía que esto podía ocurrir en internet, hasta el punto del que se habla en esta entrada. Es decir, de tener que recurrir a herramientas y empresas especializadas en eliminación de datos para suprimir el contenido.
Desde mi punto de vista, es un arma de doble filo, ya que, por una parte es algo imprescindible para perseguir delitos como el causado por el acosador de Eva Hache o para encarcelar a pedófilos, por ejemplo; pero por la otra es injusto para la totalidad de los usuarios que solo intercambian información de su vida o se les relaciona con la misma, pero luego deciden que ese contenido no es el adecuado o no quieren mostrarlo abiertamente. Están en su derecho de eliminar por completo aquello que ya se ha compartido y que no quieren que pertenezca al ámbito público.
Es verdad que estamos llegando a un punto de no retorno, de no poder borrar nuestro pasado en la red en el momento en que nos sea necesario.
Y mi pregunta es, ¿Qué podemos hacer ante esta falta de privacidad? Porque si nos paramos a analizar a fondo, esto es bastante desconcertante
ResponderEliminarSaben todo acerca de nosotros(gustos, preferencias,con quién nos llevamos bien o mal, etc) y todo eso tan sólo con comprobar sus bases de datos. Nos creemos que tenemos privacidad en la web, pero no es así.
Muy interesante el aporte.
ResponderEliminarLa verdad es que da escalofríos pensar en este tipo de cosas.
Una de las preguntas formuladas en esta entrada me ha parecido curiosa: ¿Las solicitudes de retirada de información atentan contra la libertad de expresión e información?
Desde mi punto de vista no, salvo que se trate de un cargo público. En este caso se trata de personajes públicos, y tienen ese nombre por algo. Además, eran plenamente conscientes de ello cuando llegaron a serlo.
Obviamente no estamos hablando de su vida privada, ésta sí debería poder ser sustraída de la red y no estaría violando ningún derecho de expresión, puesto que la libertad de uno termina donde empieza la del otro.
Viendo el asunto desde el punto de vista de un publicitario, ¿para qué queremos los datos del EGM si ya tenemos esto? ¿es ético utilizar archivos borrados en la red para conocer al público objetivo?
Hace un par de años, una familia (creo recordar que estadounidense) denunció a Facebook por no dejar eliminar el perfil de un familiar, que había fallecido, de esta red. Creo que deberían de ofrecer alguna opción para casos como éste y a su vez, que si se elimina una cosa de la red, que lo haga para siempre.
ResponderEliminarLa verdad es que este artículo trata un tema tan interesante como importante. La privacidad en las redes sociales es uno de los asuntos latentes, en mi opinión, de mayor gravedad que afectan a dichas webs. En realidad creo que los usuarios estamos a merced de las políticas de privacidad de las diferentes compañías, pero sí es cierto que se pueden configurar diferentes niveles de privacidad sorbe nuestros datos y multitud de personas no saben ni de la existencia de dichos parámetros.
ResponderEliminarEn definitiva, creo que es muy importante que seamos conscientes de el riesgo que corremos publicando ciertas cosas on-line, sin embargo, a partir de este ejercicio de control, cada uno es el que se expone en primera persona, y es que al final, para mi, todo se resume en ¿nos sale rentable correr ciertos riesgos para estar en las redes sociales? o, ¿sería mejor no estar en dichas webs y mantener la privacidad bajo nuestro propio control? Debemos reflexionar sobre esto y, sin duda, continuar exigiendo a las redes sociales mejoras en sus políticas de privacidad.
La eterna historia de siempre: dominar Internet o que Internet te domine a ti. Lo ideal es no tener nada que ocultar. Los adolescentes de hoy en día no respetan los límites de edad, y, con 10, 11 ó 12 años tienen facebook. Trabajo en un colegio y prácticamente a diario me llegan solicitudes de amistad de niños de esa edad. Yo no soy policía y no voy a denunciarlo. Simplemente no lo acepto. Como en la vida real, en la virtual, cada cual que corra con sus riesgos.
ResponderEliminarMe he quedado muerto con lo de borrar archivos del ordenador. Algo sabía de que se podría recuperar de alguna manera, demasiado compleja para un usuario amateur claro está. Pero me parece francamente tanto inquietante como aliviador, ya que si borras algo confidencial nadie debería poder recuperarlo, pero a la vez si borras algún archivo por error, siempre podrás contratar a un informático.
ResponderEliminarDa miedo... todo lo que saben de nosotros y que no podemos borrar. Mi pregunta es yo puedo controlar lo que yo quiero publicar pero no lo que publican, amigos y familiares. Durante una época elimine mi facebook y otras redes sociales a causa de esto y me di cuenta que igualmente mi aparición en la redes sociales era constante ya que amigos y familiares subían fotos en las que aparecía yo,incluso era peor ya que subían fotos sin piedad XD. Así pues o empezamos a cortar manos a amigos con tremendo sentido del humor, o se deben empezar a crear filtros en los que se nos pregunte si permitimos que dicha foto se publique en el caso de aparecer.
ResponderEliminarya lo dijo la profesora de medios el año pasado...la única manera de borrar una noticia negativa sobre ti o tu empresa en internet, un comentario negativo en un foro o cualquier cosa de este tipo...es inundar la red con contenido positivo. Hcaer que la gente que se meta en google a buscarte encuentre lo que tú quieras que encuentre...es así...
ResponderEliminaryo ya me he hecho el linkedin y personalmente me horroriza que todo el mundo sepa lo que he estudiado, donde he trabajado y mis aficiones...todo esto por supuesto barra libre porque no hace falta ni darse de alta en la propia red social para empollarse mi vida...el caso es, que aunque todo el mundo se pueda enterar, uno siempre decide lo que quiere contar.
Todo se reduce a esta imagen (la mano pertenece a Mark Zuckerberg):
ResponderEliminarhttp://2.bp.blogspot.com/_krh-ru21nYY/SqEtT6xHyJI/AAAAAAAAAlQ/9UOO9i_3cIM/s400/marioneta.jpg
Está claro que las redes sociales son una arma de doble filo, a la que el mundo laboral nos obliga a gestionar adecuadamente. Pero... ¿existe un facebook o twitter ejemplar? yo creo que no por esa razón por el mero hecho de que alguno de tus archivos no vaya acorde con los intereses de la empresa a que optas, eso ya se convertirá en un obstáculo. La solución no es convertirnos en "analfabetos online" sino tener una actitud previsora y saber solucionar a través de tus competencias esos pequeños defectos. Pero como ya sabemos, no existe la parte por el todo, hay que buscar un equilibrio entre lo que somos y como queremos que nos perciban.
ResponderEliminarWonderful question that you asked to the owner of organizer. Answers given by him were so immaculate that will open many eyes.Keep it up.
ResponderEliminarLey de Proteccion de Datos